Somos de aquí. Del mar que nos alimenta. De la tierra que nos acoge. Y queremos que cada tarro que sale de nuestra fábrica explique esto: que el territorio tiene un sabor.
Cada tarro de anchoas y boquerones lleva un pedacito de la gente que lo hace posible. No vendemos solo sabor, vendemos la dedicación de alguien que lo ha hecho pensando en ti.
El sabor de una anchoa Nassari no se puede fabricar en cadena. Se elabora con paciencia, con sal marina y con un conocimiento heredado.
Nassari es territorio e identidad. Somos herederos de una tradición marinera que se ha transmitido a lo largo de cinco generaciones, un vínculo con el mar que forma parte de quiénes somos y cómo trabajamos.
Detrás de cada boquerón y cada anchoa hay personas y oficio: manos expertas que han aprendido con paciencia el arte de transformar el pescado en un producto único, manteniendo vivo un conocimiento que solo se puede adquirir con años de dedicación. En cada paso hay artesanía y proceso, desde la cuidadosa selección del pescado más fresco hasta el tiempo de maduración necesario para lograr un sabor inconfundible.
Todo ello define Nassari: calidad, autenticidad y respeto por una tradición que sigue mirando hacia el futuro.